La menopausia prematura es un padecimiento que afecta a una pequeña parte de mujeres jóvenes menores de 40 años. Se produce cuando los ovarios dejan de producir estrógeno, lo que trae como consecuencia menstruación irregular o ausente, infertilidad y otros problemas de salud.
La menopausia prematura puede afectar a mujeres menores de 30 años, produciendo infertilidad y cambios hormonales significativos. Según un artículo publicado por reproducciónasistida.org, esta condición también conocida como “fallo ovárico prematuro (FOP) o insuficiencia ovárica prematura (IOP)” provoca que los ovarios dejen de producir estradiol, los ciclos menstruales se vuelven irregulares o desaparecen y no se produce ovulación.
Existen diversas causas que pueden provocar la menopausia prematura, como las alteraciones genéticas, enfermedades autoinmunitarias, exposición a materiales tóxicos, antecedentes familiares, infecciones virales, cirugías y tratamientos contra el cáncer como la quimioterapia y la radioterapia.

Por esta razón, si se experimentan síntomas de menopausia o irregularidades en el ciclo menstrual, es importante realizar un análisis de sangre para observar el perfil hormonal y confirmar el diagnóstico de menopausia prematura.
Una mujer que se enfrenta a esta condición puede experimentar diversos sentimientos, especialmente la idea de no poder tener hijos. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la infertilidad pasa a segundo plano y la atención se centra en descubrir la causa de la irregularidad hormonal y cómo cuidar la salud física y emocional.
La autora del artículo, quien ha sabido de su infertilidad desde los 18 años, ha descubierto que la idea de ser madre no es su sueño y ha aprendido a enfocarse en otros aspectos importantes de su vida, como la salud y la prevención de enfermedades relacionadas con la menopausia prematura.