Contrariamente a otras partes del cuerpo, nuestro clítoris nunca envejece, más bien va creciendo con el paso de los años. Asimismo, el embarazo o la menopausia pueden contribuir a que su volumen aumente… pero lo más importante, es que a la hora de conseguir placer una mujer a los 80 años puede disfrutar igual que una de 26.

La sociedad ha sido cruel con nosotras. A medida que vamos envejeciendo se espera que nos tiñamos las canas, ocultemos nuestras arrugas y tratemos de conservar la figura. Pero la verdad es que se nos caen las pechugas, ponerse en forma es cada vez más difícil y hay que cargar con un montón de cremas para mantener la idea de la eterna juventud.

Pero ¿sabías que hay una parte de nuestro cuerpo que no envejece? Y es el único órgano del cuerpo humano diseñado para el placer (nuestro clítoris), ¡no sufre los estrados de la edad! Esto se debe a que si bien a medida que las mujeres envejecemos nuestros niveles de estrógenos disminuyen afectando la sensibilidad de esta zona compuesta por tejido eréctil y nervioso, estos cambios no significan que el clítoris deje de funcionar.

 ¿Cómo es posible que no hayamos sabido esto antes?

La palabra “clítoris” proviene del griego κλειτορίς, kleitorís, que significa “pequeña montaña” ya que originalmente, se ignoraba que el clítoris ocultaba el 90% de su constitución en el propio cuerpo humano. Sí, los dos centímetros que vemos no corresponden a la totalidad de esta maravillosa zona de nuestra anatomía.

La anatomía del clítoris se descubrió recién en 1998 (para no creerlo), cuando la uróloga australiana Helen O’Connell se dio cuenta que esta pequeña parte ubicada en la zona superior de la vulva, sólo representaba la parte visible de una estructura mucho más grande, en forma de pirámide hundida profundamente bajo la piel, y formada por dos bulbos cavernosos que envuelven la entrada de la uretra y la vagina.

Y aunque en un principio puede parecer raro que una uróloga haya hecho este descubrimiento, la verdad es que el clítoris y el pene tienen mucho en común. Primero ambos están hechos para dar placer, pero solo el órgano masculino tiene función reproductiva; los dos están formados por músculo, nervios y tejido eréctil, por lo que el clítoris también puede aumentar su tamaño paulatinamente durante la excitación, llenándose de sangre hasta llegar a duplicarse durante el orgasmo; un clímax de clítoris realiza entre 3 y 16 contracciones y puede durar hasta 13 segundos.

8.000 Terminaciones nerviosas

De tamaño y forma dispares, la parte que podemos ver y sentir tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene, en tanto que la vagina casi no tiene sensibilidad por cuestiones biológicas, reproductivas y de supervivencia, lo cual explica que muchas mujeres no sientan demasiado con la estimulación ni penetraciones, pero otras sí.

Por lo tanto, es importante que reconozcamos que si conseguimos un orgasmo por penetración vaginal esto se debe al rol que juega nuestro clítoris y el cerebro, en tanto que la creencia de que existen orgasmos vaginales y clitorianos no es verdad.

Finalmente, queremos dejarte algunos consejos para que puedas estimular esta zona:

Conocer tu cuerpo: es importante que te conozcas a ti misma y sepas qué te gusta y qué no.

Lubricación: el uso de lubricante puede ayudar a aumentar la sensación y disminuir la fricción.

Jugar con la presión: experimenta con diferentes niveles de presión al estimular el clítoris, puedes usar los dedos, un vibrador o un consolador.

Jugar con la velocidad: también puedes experimentar con diferentes velocidades, ya sea con tus dedos o con un juguete sexual.

No te sientas presionada: recuerda que el orgasmo no es el objetivo final, el objetivo es disfrutar del proceso y encontrar lo que te gusta.

Comunicación: si estás en una relación, habla con tu pareja y comunica qué es lo que te gusta y cómo te gusta ser estimulada.