Anorgasmia: ¿Qué pasa si no tienes orgasmos? ¿Qué puedes hacer para solucionarlo?

Mujeres Exeltis

En el apasionante mundo de la salud sexual femenina, hay un tema que merece nuestra atención: la anorgasmia. Si alguna vez te has sentido frustrada por no alcanzar el orgasmo, déjame decirte que no estás sola.

Sin duda, el orgasmo tiene una importancia indiscutible en nuestras relaciones de pareja. No haber experimentado nunca esa sensación explosiva es una situación mucho más frecuente de lo que se podría pensar. De hecho, alrededor del 10% de las mujeres no ha experimentado un orgasmo en toda su vida y entre un 10% y un 42% presenta problemas para alcanzar el clímax.

Es que la sexualidad es una preocupación importante en las personas, independientemente de su sexo o género. Generalmente, el ciclo de la respuesta sexual concluye en el orgasmo. Por eso, vivir en una sociedad hipersexualizada y no tener orgasmos asiduamente parece un sacrilegio. 

Un estudio publicado por la revista académica “Archives of Sexual Behavior” revela unos interesantes datos sobre la frecuencia de orgasmos en pareja, según su género y orientación. La investigación arrojó que las relaciones heterosexuales, los hombres lo conseguían en el 95% de los encuentros y las mujeres tan solo en un 65%. En el caso de las parejas homosexuales, el porcentaje para ellos era del 89% y el de ellas, del 86%.

Pero tener un orgasmo no siempre es tan sencillo. Cuando alguien que te mira puede que te pongas más nerviosa y, entonces, todo se complica. Seguramente cuando compartes tú sexualidad piensas en la imagen que das: ¿Estaré gritando mucho? ¿Estoy muy callada? ¿Lo estaré haciendo bien? 

Todas esas preguntas y otras más son válidas, pero ¿sabemos qué nos pasa? Uno de los motivos puede ser la anorgasmia, y ¿qué es?, su definición nos indica que es el retraso y la poca frecuencia o la ausencia de orgasmos después de la excitación sexual y de una estimulación sexual adecuada.

Existen diversas razones que pueden contribuir a la anorgasmia femenina. Algunas causas físicas pueden incluir desequilibrios hormonales, enfermedades crónicas, efectos secundarios de medicamentos o cirugías previas. Además, factores emocionales y psicológicos como el estrés, la ansiedad, la depresión, traumas pasados o problemas de imagen corporal también pueden influir en la dificultad para alcanzar el orgasmo, también se incluyen en este grupo experiencias sexuales previas negativas, historias de abusos y maltratos o experiencias traumáticas o de pérdidas.

La mayoría de las causas de la anorgasmia, aproximadamente un 95%, son psicológicas. Una educación muy restrictiva, malas experiencias sexuales, la cultura en la que hemos crecido, el temor a perder el control, una estimulación incorrecta o el estrés pueden influir y agravar el problema.

¿Qué tipos de anorgasmia existen?

Hay personas, especialmente mujeres, que aseguran no haber tenido un orgasmo nunca. Sin embargo, lo más común es que la anorgasmia se presente en determinadas situaciones, en un determinado momento. En función de cuándo o en qué situaciones se es incapaz de alcanzar el orgasmo, podemos clasificar la anorgasmia como:

  • Anorgasmia Primaria. Que ocurre desde siempre.
  • Anorgasmia adquirida. Que, tras haber sentido orgasmos, se deja de tener o se tienen dificultades para tenerlos a partir de un determinado momento.
  • Anorgasmia circunstancial o relativa. Se pueden tener orgasmos solo en ciertas circunstancias y en otras no.
  • Anorgasmia generalizada o absoluta. La incapacidad o dificultad de tener orgasmos en cualquier situación.

¿Cómo se trata la anorgasmia? 

Tratar la anorgasmia es importante, pues, de no ser así, se pueden provocar, a largo plazo, problemas psicológicos y de pareja.

Antes de tratar la anorgasmia, hay que localizar la causa que la provoca. Las físicas son más fáciles de identificar y, a veces, de tratar, pues se puede intentar cambiar alguna medicación, tratar la enfermedad de base, existen tratamientos hormonales (con estrógenos o testosterona), etc.

Las causas psicológicas y emocionales, son, a menudo, más difíciles de diagnosticar y, por tanto, de tratar, pues a menudo habrá que acudir a un sexólogo o un psicólogo. Con los profesionales adecuados y paciencia, los tratamientos suelen ser muy efectivos.

Consejos para superar la anorgasmia

  • Conócete a ti misma
  • Comunicación abierta
  • Relájate y reduce el estrés
  • Explora nuevas formas de estimulación
  • Consulta a un profesional

No obstante, no siempre hay causas físicas, como hemos visto. Y hay tratamiento, que dependerá del origen de esta disfunción sexual: 

  • Fisioterapia pélvica. Indicada para entrenar y relajar los músculos de la pelvis, la reeducación postural y la electroterapia analgésica. 
  • Medicación. Medicamentos específicos para la enfermedad que provoca las molestias.
  • Estrógeno vaginal. Para mujeres posmenopáusicas que sufren atrofia vaginal. 
  • Terapia sexológica. Tratamiento de elección cuando el origen es el estrés, la depresión y la ansiedad.
  • Ejercicios de Kegel. Pueden ayudarte a tonificar el suelo pélvico y, además, contribuyen a prevenir esta disfunción.

No hay razón para sentirse desanimada por la anorgasmia femenina. Recuerda que cada mujer es única y que el camino hacia el orgasmo puede ser diferente para cada una. Con un poco de paciencia, autoexploración y comunicación abierta con tu pareja, puedes superar la anorgasmia y disfrutar plenamente de tu vida sexual. ¡No te rindas y sigue buscando el placer que te mereces!

Los contenidos de esta publicación se redactan solo con fines informativos. En ningún momento pueden servir para facilitar o sustituir diagnósticos, tratamientos o recomendaciones de un profesional. Consulta con tu especialista de confianza ante cualquier duda y busca su aprobación antes de iniciar cualquier procedimiento.

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