Están casi terminando las vacaciones de verano y ya volví a la rutina, pero me ha sido ¡AGOTADOR! Para ser sincera, la procrastinación se ha transformado en mi némesis, ya que mi cerebro aún cree que está tomando sol en la playa, con un mojito y sin preocupaciones.
Pero esto no puede seguir así… Entonces, me propuse a que organizaría mis días y los horarios en que hago cada actividad. Aunque sé que para llegar a concretarlo es un proceso, del que me debo acostumbrar y tener paciencia, enumeré pequeñas acciones que me han ayudado a ser más productiva, sin estropear mi calidad de vida.
Uno de los primeros hacks ha sido dormir las horas que necesito y levantarme temprano. Quizás no a todos les guste este punto o les acomode, pero les doy firmado que las mañanas es cuando el cerebro se encuentra más activo. Además, lo que más me entusiasma, es que por las tardes estoy más libre para algunos pasatiempos.
Si por el contrario, eres un “pájaro nocturno” y el anterior punto será un “gran parto”. El segundo hacks es adelantar algunas tareas sencillas la noche anterior, como preparar las cosas que llevarás en tu cartera o bolso, el outfit que usarás e incluso dejar semi listo el desayuno.
Así es, un buen desayuno es clave para activar tu cerebro. Aquí depende la persona, para mi es importante comenzar con dos vasos de agua para despertar al cuerpo y luego una comida contundente, con esto estoy lista para tener una mañana eficiente. Pero si no acostumbras hacer esto, por favor siempre comienza tu día hidratándote con agua.
Aléjate del celular. Me pasó durante mucho tiempo que dormía y despertaba viendo el celular. Esto nos impide ser productivas, ya que no nos damos ni cuenta cómo perdemos tiempo valioso y de calidad para descansar por las noches y para activar el cerebro en la mañana. Quizás sería mejor usarlo leyendo algunas hojas de un libro o haciendo journaling, por cierto una técnica muy buena para despejar la mente.
Recuerda que hay tiempo para todo si nos organizamos. Para trabajar, hacer ejercicios, descansar, mirar redes sociales, entre otros. Por eso, es esencial crear desafíos diarios, que ayudan a mejorar nuestra productividad. Nada mejor que empezar el día con la motivación de que debo concretar por lo menos tres metas, las que al terminarlas me harán sentir muy bien, ya que estoy trabajando por mis propósitos y a la vez mejorando mi bienestar.